Es un concepto tomado del Antiguo Testamento, donde se menciona a espíritus de muertos consultados por adivinos para conocer el futuro. Aunque hacerlo es una apostasía castigada con la muerte.
"Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. (Samuel 28:7)"